Vamos a inaugurar este espacio, con un breve análisis de la figura del Joker, más conocido como “el Guasón” para los hispanoparlantes. Ícono, pop, literario y filosófico, el payaso rey del crimen, célebre en el cine tras ser interpretado magistralmente por Nicholson, Ledger y Phoenix, se ha dicho, o al menos yo lo digo, que pudo haber influenciado nuestras vidas en el último tiempo, especialmente en lo relativo a las dos revueltas más célebres en contra del neoliberalismo, precisamente en los dos países que profesan con mayor rigidez sus valores. Me refiero a las potentes revueltas del el 18-O en Chile, y el BlackLivesMatters en USA. ¿Qué tienen en común, aparte del descontento social del grueso de la población que decide reventar con violencia en contra de sus instituciones y reclamando en contra de sus élites? Vamos a alucinar, como lo hago yo, en que el Guasón está metido en todo esto, como un virus sempiterno que circula por las calles de Gotham City siguiendo lo que propuso Scot
He leído tres obras sobre el Asilo Arkham y he jugado también el Arkham City. Creo que por mucho que se plantee que “Arkham Asylum” de Morrison es la obra definitiva sobre la casa de locos, tal vez ello sea más tributario del arte espectacular y preciso de Dave MacKean que a los diálogos torpes, inconexos y grandilocuentes del dolape Grant. Confieso haber disfrutado mucho más leyendo “Arkham Living Hell” e inclusive hasta con “El Último Arkham”, con un Jeremiah Arkham al borde y un Víctor Szaz muy bien explotado por Alan Grant, aunque debo reconocer que no me atrevería a reeelerlo y puede tratarse de una sensación más afectiva que verdaderamente vinculada a la real calidad de la obra. Arkham City, el juego por su parte, traslada al héroe al interior del manicomio, y aquí me detengo pues creo que lo que en el juego se expone es precisamente la continuidad de los salones entre la ciudad y el manicomio, el asilo bien podría tratarse de la propia Ciudad Gótica y la historia no cambiaría mu